Reptiles

   Sus orígenes se remontan hasta el Carbonífero Medio, 300 millones de años a.p., con períodos de auge en el Pérmico y en el Jurásico.
Dentro de la definición de la clase Reptilia se incluyen a los cocodrilos, quelonios, saurios, tuataras, serpientes y las aves.
Mientras los reptiles más referenciados como tales son anápsidos o diápsidos, las aves son sinápsidos, términos que se refieren a la estructura y fenestración del cráneo.
Las características más importantes de los reptiles son las siguientes:    

  • Cráneo con un solo cóndilo occipital.
  • Presencia del Órgano de Jacobson. Quimioreceptor
  • Huevo con cáscara y anexos embrionarios. Junto con Sinápsida conforma a los Amniota.
  • Forámen suborbital presente.
  • Tabular pequeño.
  • Músculos del iris estriados.
  • Embriones con menos de tres arcos branquiales.
  • Cricoides compuesto por dos ó más anillos traqueales.
  • Fecundación interna.

Sin embargo el grupo esta altamente diversificado y se observan muchas diferencias entre las subclases en lo que se refiere a dentición, anatomía, comportamiento, etc.
Los reptiles se encuentran en todo el mundo menos en los polos y han colonizado una gran variedad de ambientes desde el desierto hasta los océanos. Pero de igual manera que en los anfibios hay un empobrecimiento de especies hacia latitudes mayores, relacionado a la característica, que los iguala a los anfibios, de ser ectodermos.

Puesta de Mussurana bicolor
La aparición del huevo cleidóico (con cáscara y membranas extraembrionarias) significó la independencia de los ambientes acuáticos y la conquista ya del medio terrestre.
 Las formas de reproducción son variadas, los reptiles pueden ser ovíparos, ovovivíparos o vivíparos.
Existen especies cuyas poblaciones son de un solo sexo, generalmente femenino, como por ejemplo en el género Cnemidophorus sp. (reproducción por partenogénesis).
La determinación sexual puede ser cromosómica (ofidios) o por la temperatura (crocodílidos y quelonios).
En las tuataras (Rynchocephalia) no se observan estructuras copuladoras, ocurriendo la fertilización por la yuxtaposición de las cloacas.
Hemipenis- Crotalus durissus terrificus
Los crocodilidos en cambio poseen un órgano copulador impar y la fecundación es interna. Los ofidios y los lagartos poseen órganos copuladores pares denominado hemipenis (hemipene en singular). La variedad morfológica de estos órganos tiene valor taxonómico.

 
En Argentina contamos con 134 especies de serpientes, 14 especies de tortugas, dos de yacarés y 239 de lagartijas y anfisbenas. Mientras que en el mundo hay 9547 especies de reptiles.




Serpientes
           
Figura A






Junto con los lagartos y los anfisbénidos, las serpientes forman el orden de los Squamata (Escamosos), que se caracterizan por un cuerpo cubierto de escamas epidérmicas y la abertura cloacal transversal al eje principal del cuerpo.
Comprende familias de pequeño porte, unos 30 cm. en Scolecophia, hasta los grandes colúbridos y boas mayores a los tres metros.
Se observan variadas ecologías y especializaciones, siendo posible encontrar serpientes en los más variados ambientes, incluso en los marinos.
Las serpientes acuáticas presentan características relacionadas su forma de vida como por ejemplo los ojos y las narinas en la parte superior de la cabeza. En las serpientes marinas el cuerpo es comprimido lateralmente, principalmente en la cola.

Figura B
Figura D
Figura C

Figuras A  y  BLa boa Curiyú, Eunectes notaeus, es altamente acuática y es la serpiente más grande de Argentina con ejemplares de más de 4 metros de longitud. 
Figuras C y D- Liotyphlops beui (Scolecophidia): pequeña serpiente de costumbres hipógeas, el cuerpo esta recubierto de escamas lisas y cicloides, la cabeza no esta claramente diferenciada del cuerpo y los ojos están cubiertos por una escama. Refugio Yacutinga- Misiones, enero de 2004.

Figura E
Figura F


Las serpientes arborícolas son delgadas, livianas con colas largas y prensiles, las escamas son grandes y angulosas. Sin embargo especies de gran porte como la boa lampalagua, Boa constrictor occidentales, también puede ser observada moviéndose en las copas de árboles.







     Figura E- Chironius bicarinatus es una serpiente arborícola de la selva misionera.  
Figura F- En los bosques xerófilos del noroeste de Formosa se observó esta boa lampalagua, Boa constrictor occidentales, huyendo por el canopeo.

En cuanto a las serpientes terrestres es posible encontrar diferentes morfologías, desde animales pesados como las cascabeles hasta culebras pequeñas y ágiles.
 Sin embargo hay un gran número de serpientes pueden ser encontradas con igual frecuencia en la tierra ó en el agua, o en árboles y en tierra. Además, todas las serpientes son buenas nadadoras.
 Una clasificación operativa de los ofidios es aquella que los agrupa según la morfología del maxilar y los dientes que este porta. Esta clasificación será importante a la hora de tratar los emponzoñamientos con ofidios.



Según esta clasificación aglifas son las dentaduras de muchas culebras, los dientes son iguales y el maxilar es largo. Las dentaduras opistoglifas también se observa en géneros de colúbridos y se caracterizan por un diente agrandado posterior en el maxilar, puede estar acanalado o no. Los elápidos (corales) tienen dentadura proteroglifa con un diente hueco anterior en el maxilar, fijo al mismo. En los vipéridos encontramos la dentadura solenoglifa, con un maxilar corto y un colmillo hueco que pliega hacia el paladar cando la boca esta cerrada.










Proteroglifa- Micrurus altirostris
Colmillos- Crotalus durissus terrificus



Opistoglifa- Tamnodynastes hypoconia

Solenoglifa- Crotalus durissus terrificus
Aglifa- Spilotes pullatus

 DENTADURAS










Es común ver una clasificación de los animales ponzoñosos donde se presta atención a la forma del cuerpo, cola y cabeza de los ofidios. En esta clasificación se describe a los ofidios no peligrosos con placas grandes cefálicas versus escamas pequeñas y no diferenciadas de las especies peligrosas. Esto no es correcto ya que si bien nuestras especies de yararás y cascabel tienen escamas pequeñas, las serpientes de coral, que son muy venenosas, poseen una escutelación cefálica muy similar a la de las culebras.

Ñacaniná amarilla (Hydrodynastes gigas)
predando una anguila.


Las serpientes predan sobre una amplia gama de grupos que van desde invertebrados hasta grandes vertebrados. Como regla muy general la dieta esta vinculada al tamaño del individuo y a sus hábitos ecológicos. Por ejemplo, algunas especies de los géneros Bothrops y Bothropoides que habitan nuestras selvas, son batracófagas cuando son juveniles y se especializan en la captura de roedores en la etapa adulta. Por otra parte los individuos juveniles de las boas del género Eunectes, altamente acuáticas, predan sobre anuros, pequeñas aves y peces mientras que los adultos lo hacen sobre crías de carpincho, cigüeñas, chajaes y yacarés.

 Las serpientes pueden ser ovíparas, ovovivíparas o vivíparas (aunque no esta demostrada la matrotrofía). La determinación sexual es cromosómica, en este caso la heterocromosómica es la hembra. No se observa incubación ni cuidado parental por parte de la hembra. Aunque se puede mencionar el caso de serpientes del género Naja, ausentes en nuestro continente, donde la hembra se enrolla sobre los huevos y contrae la musculatura corporal hasta lograr aumentar las temperatura, en una forma rústica de incubación.












 
Tortugas

Un rasgo sobresaliente del grupo es la presencia de un carapacho dorsal y un plastrón ventral, constituidos por huesos fusionados, recubiertos por placas córneas. 

Chelonoidis chilensis, Tortuga cryptodira terrestre.
El cráneo del grupo es anápsido, lo que significa que no hay fenestras temporales. Generalmente poseen maxilares recubiertos de vainas córneas que forman un pico.
El modo de vida se ve reflejado en estructuras de su cuerpo como las extremidades. Las tortugas terrestres tiene extremidades columniformes, las acuáticas tienen miembros más estilizados con membranas digitales y uñas, mientras que las tortugas marinas tienen extremidades de mayor superficie y en forma de pala de remo.

En Argentina encontramos tortugas terrestres, acuáticas y marinas.
Las tortugas pueden retraer sus patas, cola y la cabeza dentro de este armazón, esta característica es notable en las especies terrestres que utilizan esta capacidad como forma de defensa ante una amenaza.
En las tortugas marinas se nota la tendencia a la reducción del carapacho y plastrón y se pierde la capacidad de esconder sus extremidades, como en Dermochelys coriacea, la necesidad de movilizarse en el medio marino privilegia la hidrodinámica y el escape nadando sobre la presencia de una estructura tan conspicua como el plastrón y el carapacho.
La forma en que retraen el cuello permite dividir a las tortugas en Pleurodiras (repliegan lateralmente el cuello) y Cryptodiras (que retraen el cuello y la cabeza en un plano vertical).
Generalizando se puede decir que las tortugas terrestres son vegetarianas, las acuáticas son carnívoras y las marinas tienen costumbres más amplias que van desde la fitofagia a la carnivoría.
Kinosternon scorpioides, tortuga cryptodira acuática.
Son ovíparas y generalmente construyen un nido para dejar la puesta, este no es más que un hueco en el suelo que es tapado al finalizar la oviposición. No se observa cuidado parental.
Muchas especies de este grupo presentan determinación del sexo mediado por la temperatura, esto quiere decir que por arriba de una temperatura umbral las crías serán de un sexo y por debajo de dicha temperatura serán del sexo contrario, en un rango cercano a la temperatura umbral el número de machos y hembras es similar.


Lagartos y Anfisbenas

Con 4450 especies en el mundo los lagartos son el grupo de reptiles vivientes más grande. Se encuentran en todos lo continentes menos en la Antártica.

Figura A
Mientras que en el resto de los reptiles la mayor diversidad específica se asocia a los trópicos, los ambientes semiáridos son los más biodiversos para los lagartos.
En general cuentan con dos pares de extremidades bien desarrolladas pero pueden encontrarse especies ápodas, sin extremidades delanteras ó traseras. Generalmente poseen párpados móviles.
Es posible encontrar lagartijas de pequeño porte como algunos gekos que no llegan a los diez centímetros, hasta gigantes de tres metros de largo y 135 kilogramos como el Dragón de Komodo (Varanus komodoensis) de Indonesia. En nuestro país el lagarto más grande es el lagarto overo ó iguana (Tupinambis merianae) que puede superar el metro de longitud.
Figura B
Algunas especies presentan una conducta agonística interesante que se llama autotomía, consiste en perder parte de la cola cuando es perseguido ó tomado. Esto es posible gracias a un plano de fractura que involucra una vértebra y la musculatura asociada. De esta manera el individuo puede escapar y la cola vuelve a crecer.

En Argentina se encuentran especies con extremidades bien desarrolladas como Teius teyou, obsérvese la cola autotomizada (A) y algunas ápodas como la víbora de cristal, Ophiodes intermedius (B).


Las anfisbenas, por su parte, son los únicos reptiles completamente excavadores. Su nombre se refiere a la capacidad de moverse por los túneles en los que vive en ambas direcciones, hacia delante y hacia atrás.
La cabeza es robusta y no esta diferenciada del resto del cuerpo isodiamétrico. Los ojos y el oído se encuentran tapados por una escama los primeros y por piel el segundo. Las escamas son rectangulares y forman anillos alrededor del cuerpo. La cola es corta.

Figura C
 Mientras las anfisbenas son ovíparas los lagartos exhiben un repertorio más interesante. Pueden encontrarse especies ovíparas, vivíparas y partenogenéticas (donde las poblaciones son compuestas solo por hembras, ya los embriones se originan a partir de óvulos). La determinación del sexo puede ser cromosómico o mediado por la temperatura.

Figura D


  
C. Amphisbaena bolivica, como toda anfisbena tiene costumbres hipógeas, su cuerpo esta recubierto por escamas rectangulares arregladas en anillos que dan vuelta al cuerpo. Este ejemplar de Formosa ensaya el display de defensa levantando la cola, conducta también observada en algunas serpientes. D. Anops kingui, se observa el ojo (mancha negra) cubierto por la escama ocular y la gran quilla rostral que pone en evidencia su vida subterránea.


 Caimanes

Caiman yacare
Los cocodrilos están muy emparentados a las aves. Tienen su origen en el Triásico (hace 230 millones de años). De las catorce familias que muestra el registro fósil, hoy sobreviven tres: los cocodrilos, los aligatores y los gaviales.
En nuestro país tenemos dos especies de caimanes, familia Alligatoridae: Caiman latirostris (yacaré ñato u overo) y Caiman yacare (yacaré negro).
Los aligátores se diferencian de los otros cocodrilos en la forma de sus mandíbulas, mientras que en los últimos el cuarto diente de la mandíbula inferior es visible cuando la boca esta cerrada, en los aligátores los dientes no están alineados, los inferiores quedan por dentro de las hileras del maxilar superior no siendo visibles cuando el animal tiene la boca cerrada.
 Nuestros caimanes pueden llegar a medir 3,5 metros, aunque es raro encontrar en la naturaleza ejemplares de más de 2,5 metros. En cambio el cocodrilo de agua salada (Crocodylus porosus), que habita en Asia tropical y norte de Australia, puede alcanzar los 10 metros de largo.
Son carnívoros que, en su talla adulta, se encuentran en la cima de las pirámides tróficas. Solo tienen enemigos naturales cuando son pequeños y pueden ser predados por aves, serpientes y felinos.
Los caimanes son ovíparos, las puestas pueden llegar a los 40 huevos. Las hembras construyen nidos de forma de domo utilizando el material vegetal del lugar. La fermentación de los vegetales aumenta el calor dentro del nido, donde se encuentran los huevos.
El sexo de los embriones es determinado por la temperatura.
 La destrucción de sus hábitats y la caza por su piel han puesto en una situación de riesgo ecológico a Caiman latirostris y C. yacare en Argentina. La práctica de rancheo en Santa Fe, Chaco y, recientemente, Formosa parecen haber logrado una mejora en algunas de las poblaciones naturales.


Nido con huevos- Caiman latrirostris
Rancheo en El Cachapé- Chaco
Rancheo de yacarés en El Cachapé- Chaco


Tuataras

Este orden de reptiles se encuentra representado por pequeñas poblaciones de solo dos especies, Sphenodon punctatus y Sphenodon guentheri, esta última descripta recién en 1990. Ambas especies habitan pequeñas islas en Nueva Zelanda. Su condición de conservación es muy frágil.